“Por el ferrocarril llegué aquí”

Oriundo de San Antonio y con más de cinco décadas en Jacobacci, Roque Zárate arribó a la zona gracias a su ingreso en los ex Ferrocarriles Argentinos. Fue maquinista de La Trochita durante muchos años y vivió con tristeza la privatización de los trenes.

personajes

Roque Zárate es uno de los tantos vecinos que llegaron a Jacobacci por el ferrocarril. Nació hace 75 años en San Antonio y se radicó en esta ciudad el 4 de marzo de 1960, luego de aprobar el curso de ingreso a los ex Ferrocarriles Argentinos y ser destinado a Jacobacci. Según recuerda, su padre trabajaba en el sector de carpintería en los galpones ferroviarios de San Antonio y un día le sugirió que se anotara para ingresar al ferrocarril. Fue el punto de partida para comenzar a escribir su historia de 31 años al servicio de esa empresa, de la que se jubiló como conductor de máquinas.

“Yo trabajaba como apuntador de un agrimensor de una empresa que buscaba petróleo en la zona de San Antonio. En enero de 1960, recibo un telegrama que tenía que ir a rendir examen a Buenos Aires. Fuimos con otros tres compañeros, Beco, Ariente y Montoro. Ingresamos como aspirantes. Y a principios de marzo, luego de ser designado a este lugar, llegué a Jacobacci”.

P-¿En qué sector comenzó a trabajar?

R-Yo tenía claro que no quería hacer el trabajo de mi padre. Cumplir un horario fijo. Por eso ingresé a La Fraternidad porque mi idea era ser maquinista. Pero había que esperar que se produzca una vacante. Por eso durante muchos años trabajé en la superintendencia con Antonio Buyayisqui. Allí confeccionaba el diagrama de trabajo del personal.

P-¿Cuántos empleados tenía el ferrocarril en esa época?

R-Éramos muchos, creo que unos 500 trabajadores. Había 36 maquinistas y 36 foguistas. Después estaba el personal de la estación, de los talleres, en el sector encomiendas, en transbordo, en la cuadrilla de vías… Éramos muchos porque se transportaba mucha carga por tren. Diatomea, lana, animales, alimentos, materiales de construcción. Había mucho transbordo de carga de La Trochita al tren grande.

P-Además de trabajadores efectivos de Jacobacci, hubo mucha gente de paso…

R-Cuando uno ingresaba al ferrocarril, como fue mi caso, iba destinado a un lugar. Pero había una circular de la empresa conocida como ‘minuta 220’ que establecía que si un maquinista, por ejemplo, acreditaba un plazo de residencia de dos años en Jacobacci, después podía elegir el destino que quisiera. Por eso la gente venía, estaba dos años y después elegía como destino su pueblo. Yo me quedé acá.

P-¿Cuántos servicios de trenes había?

R-Tres servicios semanales ida y vuelta del tren grande Plaza Constitución que hacían combinación con La Trochita a Esquel, que tenía la misma cantidad de servicios. En verano se sumaban otros servicios desde Buenos Aires a Bariloche como el 1008 y 1007, que eran trenes de cargas perecederas, el 47 y 48 que eran trenes especiales y Los Arrayanes que era el tren que traía cine, discoteca.

P-¿Cuándo logra la vacante de maquinista?

R-Trabajé mucho tiempo de foguista porque accedí a una vacante en San Antonio, pero como tenía mi familia en Jacobacci, trabajaba acá. Recién en 1987, se jubiló Higinio Maripil y quedó esa vacante de maquinista en Bariloche. Viví casi un año allá haciendo el servicio de trenes al Invap. Hasta que conocí a un maquinista de La Plata que trabajaba en Jacobacci y quería irse a Bariloche. Y permutamos la vacante.

P-¿De qué locomotoras fue maquinista?

R-De las locomotoras a vapor de La Trochita, íbamos hasta Río Chico. También de ‘la carbonera’ que era también a vapor pero de trocha ancha con la que se hacía el trabajo de ‘pilota’ –movimiento de los trenes en la playa ferroviaria– y también las máquinas diesel. Cumplíamos el servicio hasta Ramos Mexía y Bariloche”.

P-¿Como vivió la privatización del ferrocarril?

r-Con mucho dolor. Fue un golpe muy fuerte para Jacobacci y para el país. Recuerdo que cuando se iba a cerrar el ramal de La Trochita, fuimos con otros compañeros hasta Esquel y hablamos con los concejales y nos dijeron que para ellos era una carga social. Nos vinimos muy tristes a Bariloche y hablamos con el ex gobernador Massaccesi. La Trochita siguió funcionando unos años más, pero después el ramal se cerró. Por suerte hay escuelas funcionando porque si no los pueblos que están a la vera de este ramal hubieran desaparecido.

P-¿Cuándo se jubiló?

R-En el ‘91, después de 31 años de servicios me acogí a la ley de retiro voluntario. Me convenía porque tenía un emprendimiento familiar. Pero recién en 1996, cuando cumplí los 55 años pude jubilarme.

P-¿Qué significó el ferrocarril para usted?

r-Para mí fue todo. Me dio la posibilidad de trabajar… de conocer a mucha gente, hacer muchos amigos. Por el ferrocarril llegué a Jacobacci y acá conocí a quien hoy es mi esposa, tuve a mis dos hijos y después llegaron los nietos… Estoy muy agradecido al ferrocarril y a Jacobacci”.

Datos

“Yo trabajaba como apuntador de un agrimensor de una empresa que buscaba petróleo en la zona de San Antonio”,
recuerda Roque, quien en enero de 1960 cambiaría su rumbo a la Línea Sur.

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